Tras ser interrogada por los bomberos sobre las posibles causas del siniestro, la Sra. Britt apenas pudo aportar ninguna información. La tensión del drama vivido sólo le dejaba acordarse de la terrible pérdida que acababa de sufrir. “Dios mío, mi ropa” no cesaba de repetir con lágrimas en los ojos a nuestro reportero. Según hemos tenido ocasión de conocer por una de las mejores amigas de la infortunada, la Señora Hubert, ya se ha puesto en marcha una colecta para la recogida de ayudas de todo tipo, desde sábanas a toallas, aunque se hace especial hincapié en la importancia del vestuario. “¿Dónde voy a ir sin mi ropa? ¿Qué va a ser de mí sin un vestido de noche al que poder echar mano?” se lamentaba la Sra. Britt. Desde aquí les indicamos una dirección donde poder dirigir sus aportaciones (P.O. Box 4563) y ponemos nuestro granito de arena haciéndonos eco de la desgarrada súplica de la Sra. Britt: “¡Uso una 38!”.
Extracto del artículo de ficción "Mujeres desesperadas"
No hay comentarios:
Publicar un comentario