sábado, febrero 25, 2006

Otro mundo

Sabes que a veces el absurdo me envuelve, no demasiado, pero ayer me pasó una chorrada que me dejó raro... Fui al cine a ver una de terror adolescente, “La casa de cera”... Y antes de entrar me fijé en una chica del centro comercial que comía palomitas... Tenía un problema físico, no sé cuál, pero se le veía la cara deforme y un brazo extremadamente delgado terminado en una manita de juguete protegida por una venda... No pude evitar mirarla mientras subía las escaleras mecánicas.

El cine estaba bastante vacío, hacía calor y la gente estaba en la playa, salvo algunos adolescentes... y yo... Me senté con holgura y poco antes de empezar la película, dejando una butaca libre a mi derecha, ¡se sentó la chica que había visto antes! Tontería, ya sé... Pero no sé si sería por eso, o por mis estados de ánimo, la cuestión es que la película me incomodó más de lo habitual, no porque fuera mejor que otras sino por mí...

No pude evitar mirar el móvil un par de veces, cosa que jamás hago, y no sé si sería el ambiente o qué pero también pasó algo inhabitual... un señor dejó la película cuando empezó el gore y poco antes del final, en pleno momento álgido, unos boronos ocuparon su lugar... Otra tontería, pero nunca pasa eso... Uno de los malos era deforme, como la chica... Terminó y estaba deseando irme pero no podía, no se levantaban ni a la derecha ni a la izquierda... cuando al fin conseguí salir, resultó inevitable ir detrás de la chica con problemas... para no verla miré mi movil y tenía llamadas perdidas, de Ranstaad y de un par de amigos...

Me dediqué a mandar sms informando de que salía del cine y caminando por la calle de repente noto que alguien me agarra el brazo y me para... Pensé que sería algún conocido mientras le miraba los pies pero al levantar la mirada, descubrí que era un señor cincuentón con saliva seca en las comisuras de los labios que no me soltaba... Pensé durante un instante que el mundo que me rodeaba no era el mismo que cuando había entrado al cine, lo prometo, la sensación fue real y nunca antes me había pasado. Pensé que el señor venía a por mí... que estaba en medio de alguna locura, y el señor habló: ¿Qué haces? ¿Vas a presentarte a algún sitio? Y en lugar de pensar que estaba loco, lo que pensé fue ¿Cómo se ha enterado de que me han llamado de Ranstaad? Lo pienso ahora y no entiendo el proceso mental que seguí, no tenía lógica... y el buen hombre me seguía tocando... Le miré y en vez de decirle que me dejara en paz, le dije: Lo siento, me solté y me fui... Durante el camino de vuelta a casa sentía su mano en mi brazo... una sensación muy rara... Te parecerá chorrada, pero que un desconocido me agarrara me descolocó más que si me hubiera insultado...
Extracto de mail personal

1 comentario:

Kez dijo...

Voy a empezar a leerte. Desde el principio. Este extracto de mail personal me ha gustado.

Autoengaño

También el círculo creyó encajar en el cuadrado de su diámetro.