jueves, febrero 16, 2006

Camiones

Lo peor de haber perdido a su marido en un accidente de coche no fue sentir todos los extremos de sus nervios arrancados de golpe como si le hubieran amputado todo lo que había más allá de los límites de su piel, sino darse cuenta que de no haber sido por un somnoliento camionero seguiría casada con él. El amor que le profesaba era tan grande como la infelicidad que sentía a su lado.
Extracto del relato "El retrato"

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