Entre sufridas mujeres de nuevos ricos.
- Chica, Elvira... menudo pedrusco colorao llevas en el dedo... ¿Te lo ha regalado tu marido? -
- ¡Ja! Ese tacaño nunca hubiera soltado el dinero... ¡se lo rubí! -
También el círculo creyó encajar en el cuadrado de su diámetro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario