martes, enero 14, 2014

Oídos sordos

Te hablo. No escuchas.
Te grito. Me ignoras.
Explico. Suplico. Y repito.
Así es como somos.
Hacemos oídos sordos.

Tu problema. Una anécdota.
Tu dolor. Una pastilla.
Miro. Lamento. Y escapo.
Así es como somos.
Hacemos oídos sordos.

Si me afecta es importante. Lo pongo por delante.
Mi tiempo es escaso. No puedo hacerte caso.

Te necesito. No puedes.
Te quiero. No quieres.
Pido. Persigo. Y mendigo.
Así es como somos.
Hacemos oídos sordos.

Tu llanto. Un pañuelo.
Tu llamada. Un coñazo.
Descuelgo. Cuelgo. Y olvido.
Así es como somos.
Hacemos oídos sordos.

Si me afecta es importante. Lo pongo por delante.
Sin espacio para más. Me olvido de los demás.

Arriba. No atienden.
Sonríen. Nos mienten.
Me cabreo. Me indigno. Y me congelo.
Así es como somos.
Hacemos oídos sordos.

Cada palabra. Una isla.
Cada voz. Un ruido.
Apago. Silencio. Y duermo.
Así es como somos.
Hacemos oídos sordos.

Si me afecta es importante. Lo pongo por delante.
Mi tiempo es escaso. No puedo hacerte caso.

No hay comentarios:

Es mío

La propiedad privada solo es un derecho de uso y destrucción.