domingo, abril 09, 2006

Autómatas

El área de recepción se encontraba a mano derecha, nada más cruzar las puertas acristaladas. No había nadie detrás del mostrador, pero enseguida reconoció a la recepcionista en la figura de una cuarentona que cruzaba la estancia cargada de fotocopias.
- Buenas tardes. Quisiera saber si Alex Segura se encuentra aún en su oficina.- Preguntó educadamente.
- ¿Alex? – Sacó una grapadora de un cajón. – No. No está.-
- Vaya, se ha marchado ya... – Se mostró decepcionado.
- Que va. No me has entendido bien. – Grapó maquinalmente un taco de folios.- Lo que pasa es que hoy no ha venido a trabajar.- Reanudó su tarea con gran eficiencia, dejando claro que no le afectaba lo más mínimo dónde se encontraba su amigo.
- ¿Cómo que no ha venido? – Se acercó más a la mujer. - ¿Le ha pasado algo? No sé... ¿está enfermo? ¿ha dicho algo?-
- Escucha. – Le dirigió una mirada displicente. – No tengo la menor idea de por qué no ha venido.-
- Ya...-
- Si quieres puedes preguntar en su departamento.- Aumentó la pila de dossieres con un nuevo taco.
- Eso voy a hacer. – A doña Carmen iba a resultarle muy extraño que Alex hubiera ido al gimnasio por la mañana y luego pasara de ir a trabajar. – Está en el segundo piso ¿No? –
- Sí, a la izquierda del ascensor, enfrente del Departamento de Compras.- Sonó el teléfono y atendió la llamada. – Textiles Altozano, buenas tardes...-
- Hasta luego. – Se despidió.
No recibió contestación.
Extracto del relato inacabado “¿Dónde está Alex?”

No hay comentarios:

Es mío

La propiedad privada solo es un derecho de uso y destrucción.