domingo, abril 15, 2007

Reyes tuertos

Los pequeños detalles cobran toda la importancia cuando los grandes ya han desaparecido.

4 comentarios:

Andrea dijo...

No es necesario que desaparezcan los grandes para que los pequeños cobren importancia... los detalles tienen importancia según el momento de tu vida, da igual que sean grandes o pequeños, buenos o malos. Al final la importancia depende de neustro estado.

Ipar dijo...

La vida es la suma de los pequeños detalles.

Los grandes son demasiado grandes, y como no caben en la memoria, prefieren ocupar un hueco en un álbum de fotos.

Por eso los grandes momentos tienden a acumular polvo... y los pequeños momentos -más maleables- se redecoran a golpe de fogonazo. Como un flash disparado. Y generalmente capturando una sonrisa

maaldi dijo...

Cuando digo que los grandes detalles desaparecen, me refiero a que llega un momento en la vida en que ya no hay tiempo, ni interés ni oportunidad para que se produzcan. Y en su lugar, lo que antes era pequeño a nuestros ojos, sigue siendo objetivamente pequeño... pero hay que llamarlo grande.
Y aquello que antes parecía no tener importancia, la tiene más que nunca porque o lo valoras o no hay nada que juzgar. Y donde había algo ya no hnay nada.

Ipar dijo...

Creo que siempre hay tiempo... El presente está plagado de grandes y pequeños momentos. Si no tenemos interés en gozar de ellos ¿qué nos queda? ¿La amargura del pasado? ¿El consuelo o esperanza de un futuro?

De todas maneras coincido en la segunda parte de tu reflexión. Los recuerdos, las vivencias, no son obejtivas si las hemos almacenado en el baúl de la memoria (sí, ya sé que hay baúles, y pequeñas cajitas). Y es que cada baúl huele a su naftalina particular, a su madera, a su fragancia de fábrica.. Y de eso se acaba impregnando cada cosa que ahí se mete.

Es mío

La propiedad privada solo es un derecho de uso y destrucción.