Por muy fuerte que sea la tormenta, esta nunca es eterna. La versión en sucedáneo la adaptan en multitud de religiones ("sufre tranquilamente, que ya te lo pagará dios").
Cuando se está jodido, cuando se está a oscuras, hay que pensar que el rayo más tenue nos parecerá que ilumina todo. Y sólo la luz normal será la que nos ciegue.
Por tanto, cuidado con la oscuridad hecha hábito, lamerse las heridas es adictivo... y nos hace huir de la claridad
La claridad puede llegar... pero también es probable que nunca tenga el color que nos gustaría y haya que adaptarse a las tonalidades que nos obliga ese nuevo sol.
4 comentarios:
No se sale, como mucho uno puede llegar a creer que las cosas no están tan mal. Todo es cuestión de percepción... o mejor dicho, de sugestión.
Por muy fuerte que sea la tormenta, esta nunca es eterna. La versión en sucedáneo la adaptan en multitud de religiones ("sufre tranquilamente, que ya te lo pagará dios").
Cuando se está jodido, cuando se está a oscuras, hay que pensar que el rayo más tenue nos parecerá que ilumina todo. Y sólo la luz normal será la que nos ciegue.
Por tanto, cuidado con la oscuridad hecha hábito, lamerse las heridas es adictivo... y nos hace huir de la claridad
La claridad puede llegar... pero también es probable que nunca tenga el color que nos gustaría y haya que adaptarse a las tonalidades que nos obliga ese nuevo sol.
Pero por muchas claridades que tenga... la luz es luz. Sólo varía si la hacemos pasar por nuestro particular cristal o prisma de subjetividades.
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