La medusa flotaba tranquila en el tanque. Tejido transparente a través del que podía mirar como si no existiera. Solo los contornos, pliegues e irregularidades permitían verla. La ausencia de alteración la invisibilizaba. Así dejó de ver a Elena.
La propiedad privada solo es un derecho de uso y destrucción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario