Llegas a casa después del trabajo y te la encuentras vacía. No es que la familia esté a punto de llegar, sencillamente vives solo. Tienes la cabeza llena de preguntas pero no te apetece mendigar una oreja disponible al otro lado del teléfono. El silencio parece la única alternativa a menos que te guste gritarle a la televisión. O no. Sin darte cuenta, descubres que llevas un interlocutor incorporado de serie con el que puedes charlar sin pedir cita y hacerle callar cuando te está aburriendo. Puedes creer que sabes por adelantado lo que va a contestarte, pero al final termina sorprendiéndote... ¿Saco el pijama largo? ¿Te imaginas haber nacido mujer? ¿Me queda bien esta camiseta? ¿Cómo consigues ir a trabajar mañana? Nadie mejor que tú mismo para contestar.
Comprar el libro: ¿Con quién hablas cuando no hay nadie encasa?
martes, diciembre 25, 2012
jueves, diciembre 06, 2012
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Te comprendo y me la suda
La "nueva empatía" termina allí donde ya no es tu problema.
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Cada comunicación es un ejercicio funambulista con peligro bajo los pies y alivio al terminar. Each communication is a tightrope exercise w...
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Hay un tiempo para intentar que las cosas sean como nos gustaría. Otro para aceptar que son como son.
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Ser buena persona sólo es un mínimo. Las buenas acciones son las que realmente definen el máximo.